Un escalofrío te recorre el cuerpo cuando se visita una de las ganaderías legendarias de la cabaña brava. Nos desplazamos hasta Lora del Río (Sevilla) para pisar la finca “Zahariche”, y digo pisar porque poco nos enseño Don Antonio Miura. Sabido es que no son muy partidarios de enseñar su casa, decisión respetable, aunque no se debe olvidar que los aficionados somos los culpables de que Miura siga vendiendo toros, pues los aficionados somos lo que vamos a las plazas y a los encierros para ver sus toros.
Es en 1842 cuando Juan Miura con reses de Antonio Gil y más adelante con un lote de 200 vacas de José Luis Alvareda, todas ellas procedentes de Francisco Gallardo. En 1850 y 1852 se añaden reses de Gerónima Nuñez de Prado, viuda de Cabrera, agregándole en 1854 sementales de José Arias de Saavedra. Al morin Don Juan Antonio Miura en 1883 se hizo cargo de la ganadería su hermano Eduardo, horadándola en 1917 sus hijos Antonio y José, anunciándola como Hijos de don Eduardo Miura. A finales de 1940 Antonio y José se la cedieron a su hijo y sobrino Eduardo Miura Fernández, lidiándose a su nombre hasta su fallecimiento en 1996, cuando pasa a sus hijos Eduardo y Antonio Miura.
Fotos: Andrés