Me voy a Las Ventas
En cuanto termine de escribir estas líneas me voy para Las Ventas. No sé cómo le saldrá la jugada al peruano Roca Rey pero no es lo que más importa. Ante la desidia de los que dirigen este negocio, el toreo está necesitado de gestos que engrandezcan aún más este bendito espectáculo.
Encaste Albaserrada, 100 años en Madrid
Hoy -por el jueves- no es un día cualquiera en la historia de la Tauromaquia. Se cumple un siglo de la presentación del Marqués de Albaserrada en Madrid. Y cualquier figura que quiera serlo de verdad, debería de estar en el ruedo con los adolfos, o el miércoles con los victorinos o el martes con los toros de José Escolar.
La simiente del marqués Albaserrada repartida con orgullo y el toro como protagonista. ¿Quién si no? Pero los diestros que vemos esta semana en el ruedo de la primera plaza del mundo no son de primerísima fila. La excepción la ha puesto un joven de 22 de años que se ha erigido como el gran revulsivo de la Fiesta.
Roca Rey con los Adolfos en Las Ventas
Que Roca Rey esté con los adolfos es fruto de ese bombo que muchos destetan. Pero si el peruano no hubiera querido someterse al juego, podría haberlo hecho sin consecuencias para su temporada. Está lanzado y la prueba es la merecida puerta grande de la semana pasada, la segunda de su carrera como matador.
Pocas veces en este coso se consigue un quorum así. Antes de entrar, lo que pase esta tarde es lo de menos, que puede que sea, otra vez, el no va más. La disposición y el arrojo están por encima de otros muchos factores.
Todavía hay algún purista exquisito que pone reparos al toreo de Roca Rey. Es cuestión de emociones y de gustos, dos cuestiones que sirven también para hacer aún más mágica la Fiesta de los toros. Ante los que me sacan la lista de exigencias, reivindico cinco toreros como Roca Rey, al menos a día de hoy. Es cuestión de garantizar un conjunto que hace aguas por demasiados sitios.
Preguntan a Morante de la Puebla quién se va cargar antes la Fiesta nacional, si el propio sistema o los animalistas. Y el gran ausente de San Isidro 2019, el torero de La Puebla que, como tantas otras figuras, esquivó el bombo contesta sin rubor y sin rodeos: Los políticos.